Simpósio 52 – Poéticas y Políticas de la Naturaleza
La concepción moderna de naturaleza se ha asociado históricamente con una actitud extractivista cuyos despliegues hemos observado con consternación y preocupación. La constitución del mundo natural como exterior al hombre significó también su comprensión como objeto y fuente de riqueza: recurso que se explota, muchas veces de modo predatorio, como se ha visto en los últimos siglos. Sin duda, ese modo de concebir la humanidad a respecto de lo que se ha dado a llamar naturaleza estuvo estrechamente vinculado al colonialismo o aún a la colonialidad, para referirme a Aníbal Quijano. Por supuesto el valor distintamente dado a la vida que justifica la violencia contra pueblos y seres está conectado a la objetificación de la naturaleza en oposición a la subjetividad de aquellos que se creen humanos. Es decir, se refiere a procesos violentos de distinción, segregación y destrucción de pueblos que, equiparados con la naturaleza, se sometieron a clasificaciones que les conferían dimensión humana o incluso no humana. Objetificados y relegados a la condición subalterna, seres, individuos, cosas, biomas se volvieron el blanco de explotación y han sido sistemáticamente destruidos, de ahí que prácticas resultantes del capitalismo y de la permanencia de formas de dominación colonial (expresadas frecuentemente en políticas de estado) hayan alcanzado niveles preocupantes de destrucción en América Latina, como ejemplifican episodios recientes tales como los incendios y la deforestación en Amazonia; la persecución y asesinato de poblaciones indígenas y quilombolas; el derrame de petróleo en playas y la rotura de balsas de residuos mineros en Brasil. Urge, por tanto, la búsqueda de alternativas capaces de ofrecer alguna sobrevida a las especies, los individuos y el planeta. En ese contexto, la relevancia política del ejercicio artístico refleja lo que el poeta y ensayista Édouard Glissant consideró sobre el papel del artista cuando afirmó que no se trataba “más de soñar el mundo, sino penetrarlo”. Si la percepción de la naturaleza que se ha difundido desde una experiencia occidental y colonial no se puede disociar de una estética y una epistemología, se entiende que, a fin de disolver las dicotomías, es preciso apostar por la pluralidad. La urgente descolonización estético-epistemológica exige prácticas y lenguajes aptos para confrontar la noción hegemónica de humanidad, lo que remite tanto a las discusiones que se vienen desarrollando acerca de propuestas como el Buen Vivir y la defensa de los derechos de la madre tierra, como a experimentaciones literario-artísticas contemporáneas que proponen la descolonización del imaginario.
Por todo ello, el presente simposio propone reunir trabajos de investigación con la finalidad de promocionar un fórum de debates en que se pregunte cómo las poéticas de Latinoamérica vienen discutiendo y problematizando el concepto de naturaleza forjado en el Occidente europeo moderno, exponiendo, por consiguiente, el carácter reflexivo y político incluso en diferentes lenguajes y experiencias estéticas. Al final, se trata de examinar poéticas y políticas de la naturaleza, en su realidad coextensiva, dadas las manifestaciones diversificadas y heterogéneas relacionadas, en contexto latinoamericano, a la literatura, a las expresiones audiovisuales y a las artes en general.